Las Fallas, Patrimonio Cultural (¿inmaterial?) de la Humanidad
Las Fallas son una celebración única. Para una persona que se instala a vivir en Valencia y sabe poco de ellas, se trata de una fiesta que se va descubriendo poco a poco.
Cuando llegas a la ciudad y empiezas a recorrerla, sorprende que está llena de tiendas en cuyos mostradores hay telas asombrosamente exquisitas, seda, damasco, lampazo, tafetán; también encuentras muchos tapiceros. Tantos telares y tapiceros no son algo común en otras capitales europeas. Junto a ello, también hay muchas tiendas dedicadas a la joyería para las falleras: aderezos, peinetas, collares, broches y grandes pendientes de orfebrería en oro y en plata de una belleza extraordinaria.
Más adelante descubres, en la calle donde vives, un casal fallero donde se reúne gente para celebrar cenas de vez en cuando. Poco a poco te explican algunas cosas. Un señor te cuenta que ya no vive en el barrio, pero que, sin embargo, la vida la sigue haciendo siempre en ese casal, en ese específico cruce de calles, porque es ahí donde él pertenece, ¡por cierto. donde se plantan fallas que suelen recibir premio!
Y un buen día empiezas a verlas a tu alrededor. Como dice Elena Soler, las fallas crecen en todos los barrios de la ciudad; monumentos enormes de madera, cartón y corcho blanco, grandes obras de artesanía que los artistas falleros han ido construyendo a lo largo del año para ser quemados en la espectacular Nit del Foc, la noche de San José. Las fallas, de todos los estilos y colores, son la tradición más conocida mundialmente, junto con el olor a pólvora, las Mascletás diarias en la Plaza del Ayuntamiento y el ambiente festivo que se extiende por Valencia.
Una festividad que es poesía, sonrisa contagiosa y hasta piel de gallina por momentos. Mientras estás concentrada en el trabajo se escucha a lo lejos un paso doble. Lo dejas y te levantas de la mesa para acercarte corriendo al portal mientras el paso doble cada vez suena más próximo. Todo se paraliza al paso de las falleras, grupos de familias, mujeres, hombres, niños, bebes ataviados con esos trajes tan bellos, ¡y no hay dos iguales…!, acompañados de la banda de música – Valencia es la comunidad con más bandas de toda Europa -. Como si pasara la reina, el noble, el conde, el carruaje de la noche de reyes, nos hacemos a un lado para disfrutar de tal inmensa belleza a ojos y oídos. Las falleras se saben bellas, durante unos días ellas son las influencers, las actrices de Hollywood… y así se dejan retratar, hacer selfies con los transeúntes y ser admiradas.
Sigue tocando, banda celestial, tu música es de las más hermosas que puedan recorrer las calles.